Obras literarias de San Agustín

A esta clase pertenecen los trabajos; Contra Academicos libri très (386), en el que combate el escepticismo y el probabilismo de la Nueva Academia, -la doctrina de que el hombre nunca puede alcanzar la verdad, sino que en el mejor de los casos sólo puede alcanzar la probabilidad; De vita beata (386), en la que hace que la verdadera bienaventuranza consista en el perfecto conocimiento de Dios; De ordine,- sobre la relación del mal con el orden divino del mundo (386); Soliloquia (387), comulgando con su propia alma en lo que respecta a Dios, el bien supremo, el conocimiento de la verdad y la inmortalidad; De immortalitate animæ (387), una continuación de los Soliloquios; De quantitate animæ (387), discutiendo diversas cuestiones del tamaño, el origen, la incorporeidad del alma; De musica libri vi (387-389); De magistro (389), en la que, en diálogo con su hijo Adeodato, joven piadoso y prometedor, pero precoz, muerto poco después de su regreso a África (389), trata de la importancia y la virtud de la palabra de Dios, y de Cristo como Maestro infalible.

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Espíritu del cristianismo

A éstos se puede añadir el trabajo posterior, De anima et ejus origine (419). Otras obras filosóficas sobre gramática, dialéctica (o ars bene disputandi), retórica, geometría y aritmética, se han perdido.4
Estas obras muestran todavía poco de lo específicamente cristiano y eclesiástico; pero muestran un platonismo aprehendido y consagrado por el espíritu del cristianismo, lleno de pensamientos elevados, puntos de vista ideales y argumentos discriminatorios. Fueron diseñadas para presentar las diferentes etapas del pensamiento humano por las cuales él mismo había alcanzado el conocimiento de la verdad, y para servir a otros como pasos hacia el santuario. Constituyen una introducción elemental a su teología.

Civitate Dei

Posteriormente, en sus Retractaciones, retiró muchas cosas contenidas en ellas, como la visión platónica de la preexistencia del alma, y la idea platónica de que la adquisición del conocimiento es un recuerdo o una excavación del conocimiento oculto en la mente1 . Sin embargo, nunca pudo dejar de filosofar, e incluso sus obras posteriores, especialmente De Trinitate, y De Civitate Dei, están llenas de profundas especulaciones. Antes de su conversión siguió un sistema particular de filosofía, primero el maniqueísta, luego el platónico; después de su conversión abrazó la filosofía cristiana, que se basa en la divina revelación de las Escrituras, y es la esclava de la teología y de la religión; pero al mismo tiempo preparó el camino para la filosofía eclesiástica católica, que descansa en la autoridad de la Iglesia, y se completó en la escolástica de la edad media.

Historia de la filosofía

En la historia de la filosofía merece un lugar en el rango más alto, y ha hecho un mayor servicio a la ciencia de las ciencias que cualquier otro padre, sin exceptuar a Clemente de Alejandría y Orígenes. Atacó y refutó la filosofía pagana como panteísta o dualista de corazón; sacudió las supersticiones de la astrología y la magia; expulsó de la filosofía la doctrina de la emanación, y la idea de que Dios es el alma del mundo; avanzó sustancialmente en la psicología; resolvió la cuestión del origen y la naturaleza del mal más casi que cualquiera de sus predecesores, y tan casi como la mayoría de sus sucesores; fue el primero en investigar a fondo la relación de la omnipotencia y la omnisciencia divina con la libertad humana, y en construir una teodicea; en resumen, es propiamente el fundador de una filosofía cristiana, y no sólo dividió con Aristóteles el imperio de la escolástica medieval, sino que proporcionó también gérmenes vivos para los nuevos sistemas de filosofía, y siempre será consultado en las discusiones especulativas de las doctrinas cristianas.