Aprenda más sobre las 4 semanas de Adviento y prepárese para la Navidad

A finales del mes de noviembre, la Iglesia Católica cierra el Año Litúrgico (el espacio de tiempo en el que se celebra todo el misterio de Cristo, siendo: el tiempo de Adviento, Navidad, Epifanía, tiempo común, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, Pascua, Pascua, Pascua, Pentecostés y tiempo común hasta el final del ciclo del primer domingo de Adviento) con la fiesta de Cristo Rey del universo. Un ciclo más en nuestro camino de fe termina y uno de los símbolos es tener las puertas centrales de las parroquias cerradas al final de esta celebración.
También es tiempo de prepararse para la segunda fiesta cristiana más grande: la Navidad del Señor, un tiempo en el que celebramos dos verdades de fe: la venida de Jesús. El primero fue dado con Su nacimiento en Belén; y el segundo, llamado Parusia, cuando Él vendrá, en poder y gloria, en un día y hora desconocidos.
Para que la Navidad se viva de manera solemne e integral, debemos prepararnos adecuadamente. Para esto hay un camino que debemos recorrer que se llama Tiempo de Adviento.

¿Qué es el Adviento?

La palabra "advenimiento" tiene origen latino ("adventus") y significa "llegada", "acercamiento", "venida". Este tiempo se realiza según el calendario de solemnidad navideña. Este año, el Adviento comenzó el primer domingo después de la solemnidad de Cristo Rey del Universo (02/12) y dura hasta la tarde antes de Navidad.
Los primeros signos de este tiempo de preparación a la Navidad se remontan al siglo V, cuando el Obispo de Tours, San Perpetuo, decretó un período de ayuno de tres días antes del nacimiento de Jesús. Más tarde, el Papa San Gregorio Magno fue el primero en escribir un documento oficial para el Adviento.

La Parusía

Se divide en dos partes, la primera de las cuales, que se extiende hasta el 16/12, está marcada por la alegre expectativa de la segunda venida de Jesús (la Parusía). El segundo se distingue por el recuerdo del nacimiento de Jesús.
Aquí se destacan dos personajes: María y Juan Bautista. Ella, porque fue elegida por Dios para ser la madre de Aquel que vendría a salvar a la humanidad; y Juan el Bautista, porque fue la precursora del Mesías, responsable de preparar a los hombres para la llegada del Cordero.
Durante este tiempo se producen algunos cambios en la Misa, en la decoración de las parroquias y en los ornamentos: no se recita la Gloria, la música se compone de menos instrumentos, las decoraciones se reducen para hacer la Iglesia más sobria y el color de los ornamentos es púrpura. Todo esto para expresar la ansiedad, el deseo de la llegada en la que el tiempo de regocijo será pleno.
Las parroquias celebran diversos encuentros preparatorios, Novenas, invitando a toda la comunidad a participar en estos momentos de reflexión para que la Nochebuena no sólo sea un momento social, sino que se inunde de fe.

Las cuatro semanas de Adviento

El Adviento dura un mes. Son cuatro semanas de preparación en las que se nos invita a reflexionar sobre el nacimiento de Aquel que vino a darnos la vida! Hay cuatro celebraciones dominicales en las que las parroquias se transforman y se adornan con el resplandor de la luz. El punto culminante de los altares es la Corona de Adviento, formada por cuatro velas, tres de las cuales son de color púrpura y una rosa.
¿Pero por qué una vela de un color diferente? Porque el tercer domingo de Adviento (16/12) se llama Domingo de la Alegría por la Antífona cantada en la Procesión de Entrada que dice: "Regocijaos siempre en el Señor", mostrando la alegría de la proximidad de la Navidad. Y la vela que lo representa es la rosa.
Conoceremos los detalles de cada una de las semanas que conforman este hermoso tiempo de Adviento, que debe ser vivido intensamente entre las familias para que la Nochebuena gane aún más brillo y significado.

Primera semana de Adviento

El comienzo del Adviento nos invita a estar constantemente vigilantes en espera del Señor. Se destacan dos puntos de la liturgia: "Velad y estad preparados, porque no sabéis a qué hora vendrá el Hijo del Hombre" (Mt 24,42-44) y "¿Por qué habéis dormido? Levántate y ora, para que no entres en tentación" (Lc 22, 46). Una de las tres velas púrpura está encendida como signo de esta vigilancia y del deseo de conversión.

Segunda semana de Adviento

También en el contexto de la espera de la segunda venida del Señor, la Parusía, esta semana la invitación a la conversión se hace aún más clara cuando leemos en las celebraciones: "Haced penitencia, porque el Reino de los Cielos está cerca". Preparad los caminos del Señor, enderezad sus sendas" (Mt 3, 2-3). Tal acción muestra cuán duro debemos esforzarnos por ser reconciliados con Dios. Se enciende la segunda vela púrpura.

Tercera semana de Adviento

Esta semana presenta a la Iglesia la primera venida de Jesús. Su nacimiento en Belén. Por eso, la Liturgia nos recuerda el SÍ de María. Es esta semana que también celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción, la que ha sido puesta enteramente a disposición de los planes de Dios. Su entrega ha inaugurado un nuevo tiempo para la humanidad.
La liturgia destaca el papel de María, joven virgen prometida en matrimonio, y su devoción a ella a través del Rosario: "Hágase en mí según tu palabra". Es esta semana que la vela rosa de la Corona de Adviento se enciende como un signo de esperanza.

Cuarta semana de Adviento

Al acercarnos a la Navidad del Señor, y con un largo, profundo e importante viaje a través de este momento tan esperado, llegamos a la última semana de este tiempo de preparación y espera. En ella oímos el anuncio del nacimiento de José: "He aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María como tu esposa; porque el que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo" (Mt 1,20).
En la celebración se enciende la última vela de la corona de Adviento. Cuando llegamos a este punto, nuestras casas, calles, tiendas y parroquias ya están completamente decoradas por el brillo de la luz creada por el hombre, formando un camino que nos lleva al pesebre que todavía está vacío.

Acerca de la Corona de Adviento

Es el primer comercial de Navidad. Su color verde, signo de esperanza y de vida, está adornado con una cinta roja que simboliza la manifestación concreta de su amor. Es también un signo de nuestro amor por Él y por Su Hijo.

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